domingo, 3 de septiembre de 2017

Las decisiones de los otros

Mi pensamiento recurrente de la semana que tuve que sacar afuera un domingo lluvioso fue el siguiente:
De mi estadía en los hospitales aprendí que muchas veces damos por sobreentendida nuestra salud y la pasamos por alto, no la valoramos, hay un montón de gente que tiene nuestros mismos problemas, problemas económicos, laborales, amorosos, de familia, etc.  sumado a una enfermedad crónica o invalidante.
También aprendí, bueno, en realidad no lo aprendí, pero te planteas más seguido eso del "y cuando sea grande" porque no hay nada más duro que la soledad en la enfermedad y en el umbral de la muerte. Y principalmente no hay grupo de amigos de la vida que reemplace a la familia, es más, me animo a decir, aunque seguramente muchos no coincidan, ni siquiera tu sobrino o hermano reemplaza a tu hijo y pareja, y para complicarla más, no basta con procrear o pasar por el civil, si uno no cuida los vínculos con la familia, porque es totalmente cierto que uno cosecha lo que siembra. Y me tocó ver   a mucha gente sola, por no tener absolutamente a nadie,o por algún pase de factura.
Esta semana me tocó atender a una joven de 26 años, con una enfermedad crónica grave, transmitida verticalmente y diagnosticada a sus 10 años, es decir, siendo una niña y teniendo que cumplir un tratamiento durísimo de asimilar  hasta para los adultos, y empeorando el panorama, dicho tratamiento abandonado hace 6 años...
No había mucho para decir, ni frase para consolar, ni ganas de contar nada. No le puedo decir nada, ni ella a mi. Porque se trata de eso, de asumir las consecuencias de las decisiones de  otros sobre nosotros mismos, empezando por venir a este mundo, y de ahí en más variadas cargas y broncas que cada uno las va manejando (o no) como puede.
Cuánto egoísmo en las decisiones de los otros, en las de los padres fundamentalmente, cómo se las contrarresta? con más egoísmo aún? Y volvemos otra vez en círculo a lo mismo, el amor, los vínculos, la cosecha, la soledad y el daño que se puede ocasionar.
No lo hice nunca, pero desde lo más profundo de mi corazón, pido un milagro para ella.

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