No tengo ningún problema con la soledad, me llevo bien,
casi siempre la elijo, soy de hecho bastante ermitaña, pero esta
soledad que hoy siento es de otro tipo: es cómo si no pudiera
conectar ni mental ni espiritualmente con la gente que quiero,
es cómo necesitar un abrazo urgente en plena peatonal Florida
en el horario pico, es cómo aquella vez que no paraban de caer
mis lágrimas en el Tren y nadie lo notaba, nadie me mira.
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