jueves, 9 de septiembre de 2021

Mi parte de noche

Soy de llanto fácil. Llorar en público es algo que no me lo perdono ni permito, por eso si alguna vez sucede me juro a mi misma que ésa es la última vez que lo hago, y lo cumplo. Sin embargo en la intimidad y soledad  muchas veces me acuesto o levanto llorando. Mi psicóloga se ríe porque es algo que aviso: "voy a llorar" Creo son pocas las veces que el llanto vale la pena: por eso, llorar porque algo no salió bien o como lo esperabas? Porque alguien te trató mal? Por una película? Por ficción? La última  vez que lo hice fue en La vida es Bella y pensé: canceladísima. En cambio en "yo antes de tí" fue adrede y obviamente, a solas, como yo lo llamo "el pase hormonal".  Llorar la muerte de un paciente es otro permitido, pero en situaciones muy puntuales (pocas veces y muy selectivas) y de preferencia  busco la complicidad de un compañero y dejarlo pasar a que lo resalte. Decidir por qué llorar es parte de volverte más fuerte y endurecerte  y parte de, no me siento orgullosa de esto, tener el famoso control remoto del que se me acusa y del famoso cheque en blanco.  Decidir no llorar es decirte verdades o mentiras hirientes, es anticiparse a qué persona/situación tiene el potencial de lastimarte, potencial, otra vez a la defensiva. 
Me cuesta más con la emoción miedo aunque también pienso  que las cosas que  nos dan miedo deben ser  pocas: no me sale pero lo voy a ejercitar, con algo tan simple como literatura de terror, quien dice que hoy es un libro y mañana algo más trascendente

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