Short rasgado, musculosa al cuerpo, cabello suelto, tímida, pero adolescente al fin y al cabo.
Él, el chico lindo del barrio y algunos años más grande.
El taller era el patio y funcionaba cuando no había autos o cuando aún habiéndolos los clientes no estaban allí. Un día, subiendo las escaleras que comunicaban a la planta alta de la casa, sin darse cuenta que él estaba en el taller, quedó atrapada en esta situación, y decidió ir a toda velocidad para desaparecer cuánto antes, pero esos escasos segundos en los que obligatoriamente debían cruzarse, no pudo evitar que el deseo escapara por sus poros, revolución hormonal, a tal punto que èl lo sintió, porque las miradas se sienten, queman, por eso él la siguió con la mirada hasta arriba, pensando en todo o que le haría en esa misma escalera. Es memoria sensitiva,y por eso, 15 años más tarde, al encontrarla en la calle, no le aparta la mirada...
una vez que esos cables se conectan, no hay tiempo ni distancia que los pueda cortar...
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